La pasión por viajar y por el mar venían de la mano y hace veinte años que me dedico a conocer y vivir diferentes culturas, a investigar sobre las caracolas de mar, buceando, leyendo, encontrando y sobre todo comentando con aficionados, coleccionistas, biólogos, mayoristas en malacología… clientes que se han convertido en amigos y amigos que se han aficionado a este mundo, a los que no puedo dejar de estar agradecida por el intercambio de tanta información que no está escrita. 
La belleza de los delicados trabajos que históricamente se elaboran con las caracolas adaptados a las tallas y tamaños que usamos en Europa, los collares clásicos y los más básicos que han servido a lo largo de los siglos para empoderar a las personas. Piezas únicas y exclusivas, joyas en sí mismas por su valor natural, sorprendentes por sus formas y colores.